se acabó
fue un desvarío
delirio de una fiebre vulgar
para la cual me negué a tomar pastillas
lo que quise decir nunca lo dije
salivé
emprendí la retórica con mis dientes de leche
balbuceé
agregué otra serie al blablablá de la poesía
berreé
ahora tengo la lengua entumecida
ya no más contemplar la lluvia
padrotear el viento
santificar las moscas
dejar caer baba idiota en el abismo
me cansé de ser escriba del absurdo
calígrafo haciendo garabatos en el lodo
juglar de mí mismo en lengua extraña
Ya no más desperdiciar las páginas del día a día cortando oraciones, contando sílabas. Cierro el manual de métrica a medio estudiar. Claudico. Lo prohibido es mirar y afirmar que son pájaros las piedras. Capitulo ante el mundo. Me resigno a vivir de manera prosaica.
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