No es tanto la descripción, sino lo que describes,
verdes ámpulas en las ramas de los álamos,
brotes repentinos en las lilas, prontos a marchitarse,
supuración de mayo que acaba.
El mundo es un pequeño objeto, una gota de savia de pino,
el ámbar en el pico del petirrojo, así,
a contraluz del sol,
engullendo el fulgor hasta el fondo de sí mismo.
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