¿Los prisioneros quieren decir sus últimas palabras?, gritó el juez verdugo, con la mano levantada conteniendo la orden y el destino final de los tres condenados Éstos se quedaron en silencio, temblando Mascullaban algo entre los labios cuando la mano agotó el tiempo de su clemencia y dio la señal sutil Las pesadas cuchillas cayeron sobre los cuellos, haciendo rodar las cabezas por el patíbulo Sus últimas palabras ya por siempre desconocidas…
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